jueves, 14 de marzo de 2013

Los animales también son Terrícolas por Fernando Martínez

Hay expresiones que ya son típicas en el lenguaje del ser humano:

"Pinche zángano", “eres un animal”, “maldito perro”, “eres un cerdo”, “está bien gata”, “es un burro”, “eres un parásito”, “es tan lento como una tortuga”, “esa vieja es una zorra”, “los coyotes fuera de los juzgados, “gallina”, "puros borregos”. 

La literatura, la biblia y las películas nos han inculcado fobias para con las serpientes, arañas, lobos, cocodrilos, langostas, pulpos, osos, tigres, leones, abejas, tiburones  y un largo etcétera.

El documental Terrícolas, en inglés Earthlings (E.U.A., 2003),  nos demuestra que los verdaderos villanos de la película somos los seres humanos. 

Earthlings nos muestra que el ser humano en una lógica capitalista ha perdido por completo el respeto por los animales. 

Pero, ¿dónde podemos colocar la frontera entre lo humano y lo animal? ¿dónde empiezan los derechos de un ser vivo? 

O ¿quizás en una cultura que refuerza el especismo (1) los animales parecen no tener alternativa?.

Terrícolas (dirigida por Shaun Monson) es impactante en todas sus escenas porque muestra al Homo sapiens sin compasión por “los otros terrícolas”, los animales. 

Creo que si un animal pudiera insultar en el lenguaje hablado a otro animal diría:  “Maldito humano egoísta”. 

Este proyecto documental jamás lo veremos en televisión abierta, quizá algún día en las señales de cable y medio-censurado, porque los seres humanos somos “moralinos” y se vetan estas cintas porque pueden resultar perturbadoras para el espectador. ¡¿Pero la realidad no nos parece impactante?!

Terrícolas muestra una verdad, y como todas las verdades del mundo, duelen, y duelen mucho.

Como espectador de Terrícolas me sentí como un niño que pierde su inocencia ante una película pornográfica o ante el cruel comentario de un compañerito de escuela que afirma: “Los Reyes Magos son tus papás”. 

Lo anterior es porque en el documental muestra cómo se matan en realidad a los animales en todo el mundo; en los rastros son sacrificados violenta e irracionalmente; en los laboratorios son utilizados como “cosas”, con experimentos dolorosos y exagerados para la medicina, el maquillaje. En todos los países gallinas, vacas, perros, toros, cabras y cerdos  son almacenados como “cosas” en las distintas jaulas que los sofocan, asfixian y los vuelven locos. 

Desde la biblia hemos justificado que el ser humano sea el único que pueda tener el absoluto poder sobre las demás especies vivas. En el libro del Génesis se lee que Dios le dio al hombre el poder de controlar a las otras especies y literalmente hacer con ellas todo lo que se desee, pues el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios


10 mil millones de animales mueren por experimentos científicos en todo el mundo.

Parece que a las grandes corporaciones fabricadoras de comida les conviene ignorar el derecho que tienen los animales a una muerte digna porque se alterarían los procesos de producción capitalista. El documental intenta develar una ambiciosa producción de carne, maquillaje, entretenimiento y medicina a costa del tormento de animales.

En un mundo en el que no le conviene revelar ciertos aspectos de la economía mundial, los animales, como los humanos, sienten  deseos de compañerismo, de alimento, de comodidad. Los animales también quieren evitar el dolor. 

Como ejemplo de una secuencia de imágenes que entristece ver, es la de un perro callejero que es echado al camión de la basura y el conductor del camión activa el sistema de trituración de basura del camión donde antes se aventó al animal. (Describirlo cuesta)


La cultura es la culpable, pero también es la única esperanza.


Este largometraje nos afirma que “la esperanza reside en  modificar la cultura del hombre”. Es un trabajo no sólo de los antropólogos, sino de los medios de comunicación, de los que hacen literatura, de los que producen cine de ficción, de los maestros, de los sistemas de gobierno.

Se trata de trabajar con el Habitus (el de la teoría sociológica de Pierre Bourdieu). (2)

Por ejemplo en el documental se narra que los amos de los perros no castran a sus mascotas porque esto  implica perdida de masculinidad de sus amos.

Otro de los aspectos es el de cambiar hábitos alimenticios (tema que implica a la cultura humana), pero la pregunta es:

Si estamos diseñados por la configuración fisionómica para comer carne, (tenemos colmillos), ¿cómo reprimir nuestros antojos? 

Los comentarios de los jóvenes son desoladores: 

“Si yo dejo de comer carne no cambiaré nada”.

Mi opinión es que cada uno de nosotros tiene un animal a su alrededor, la clave sería que respetáramos a todos los seres que nos topamos en el camino. 

La utopía sería que se prohibieran las corridas de toros, que se dejarán los experimentos crueles con monos, que se prohibiera la venta de pieles de animales, que se prohibirán por los gobiernos de todo el mundo los circos, los zoológicos, la caza, las tiendas de mascotas y que en las granjas, mataderos se matara a los pollos, vacas, becerros y borregos con inyección letal, no con procesos que extienden el sufrimiento animal, que amplían su agonía. (¿Demasiado tierno mi comentario verdad?)

En un mundo diferente los animales deberían de convivir con los seres humanos sin ser explotados por el consumismo y el sistema económico mundial. 

Terrícolas “nos quitó la inocencia a nuestros castos ojos”, nos demostró una vez más que el ser humano es un ser irracional, traidor, depredador, abusivo, egoísta, enfermo mental, insensible, es frío ante el sufrimiento de los débiles. 

Es la explotación del débil por parte del fuerte, no la dominación de "el racional" al salvaje.

Porque es mentira que los animales por ser menos inteligentes que los hombres no experimenten dolor. Incluso se afirma que muchos animales como los perros, los gatos, los delfines, los peces tienen los sentidos del olfato, el gusto, el taco, más afinados que el resto de las personas y que esto implicaría por lógica que los animales  tengan mucha sensibilidad en sus cuerpos.

Comencé este ensayo con el lenguaje común que ocupamos los seres humanos para insultar a otros. Hoy retiro de mi voz cualquier ofensa que compare a los animales con el hombre. 

Se deverían de re-evaluar los insultos, pensar dos veces cuando le digamos a alguien “perro”o  "animal".  

La verdad es que hoy en el mundo TODOS LOS ANIMALES MUEREN DE DOLOR. El dolor este día reina en nuestra tierra.

Pero ¡cosecharemos lo que sembramos!

Nos vemos en el juicio final.



(1) El especismo o especieísmo1 es un término acuñado en 1970 por el psicólogo Richard D. Ryder.

La consecuencia de que este tipo de pensamiento, según sus teóricos, es la consideración de los animales no humanos como propiedades del hombre, y que el humano está en su pleno derecho de disponer de ellos para su provecho, desde usarlos en estudios médicos para beneficio de su propia salud, criarlos para usarlos como alimento, vestirse con sus pieles o para diversión

Más información en: http://es.wikipedia.org/wiki/Especismo

(2) El habitus se aprende mediante el cuerpo, mediante un proceso de familiarización práctica, que no pasa por la conciencia.
Más información en: http://es.wikipedia.org/wiki/Habitus

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