CRITICA DE LA PELÍCULA LA ÚLTIMA MUERTE” Por Carlos Bernal Romero

Muerto el perro, sobró Purina

Oído en Mascota

Ante la amenaza de una tormenta, Jaime se resguarda en su cabaña cuando descubre a un joven malherido e inconsciente. Al internarlo en un hospital, se dan cuenta que el muchacho sufre de amnesia y que su identidad no existe según el Banco Mundial de Información Personal. Esto alerta a las autoridades, quienes de inmediato empiezan a perseguirlos. Jaime intenta ayudar al joven a investigar quién es, pero pronto descubren que están siendo acechados por agentes federales, quienes parecen estar decididos a (1)

         La última muerte (David   Leche  Ruiz   N,  2011) es  ciencia ficción  a la mexicana, porque  la historia,  sin mencionar  nunca el  año, se  sitúa  como dicen los  clásicos:

         En un futuro no muy lejano

Ubicada  en una  ciudad  importante   con  playa  ¿Cancún?  a la cual  amenaza  un  huracán  de  Grandes Ligas  todo  está  computarizado  y  ultra moderno.

         Así  vemos  al  Doctor  Jaime Alexanderson  (Álvaro Guerrero  N.) pasar  un  fin de semana en la  cabaña  de su  ex  esposa  Sofía  (Claudette Maillé   N.)  sin  imaginar  que  literalmente  le  caerá del cielo  un  muerto  viviente  Christian.

         Este es  ni más  ni menos  el  bello  (Kuno Becker  Paz), pero ahora:

         Rapado   sin  cejas  y  flaco

  (para que  veamos  que  además  de una  cara  bonita  es un  buen  actor)  resulta  decepcionantemente  irreconocible  para su  legión  de  admiradoras

         Así,  nos  mantienen  en  suspenso  hasta que  aparecen  en escena  los  malosos  encabezados  por  Mateo Wilkins  (Carlos  Enrique   Bracho González) y  echan a  perder  la  cinta.  Además  de una vuelta de tuerca  que   no  convence  a  nadie  y la  frase  final  dicha por  Christian  (el esta  vez  no  guapo  Kuno Becker:

         Ahora sí sé quién soy

   De esta manera  La última muerte,  que  pretende  estar  a  favor  de la  Pena de muerte  (como  nosotros)  termina  siendo  una  combinación  entre:

  Drenaje profundo  (Programa   de  Azteca  7) y  La piel que habito  (Pedro Almodóvar  2011) El  científico – empresario  jugando  a ser  Dios  experimentando  con  seres humanos  vivos  y la  venganza  total  del  padre – médico  contra  el  agresor  de  su  hija  o  hijas (1)

    Primera  película  mexicana  estrenada  comercialmente,  tiene  a  pesar de su  pésima  conclusión,  que la  hace  mala ,  momentos  interesantes  a lo  largo   de  ella.

    Para ser un  filme  nacional  están  bien hechos  y  creíbles  los  adelantos  tecnológicos  que  vemos  en el  transcurso de los  95  minutos  de duración.

     También fue un  acierto  pensar  en  Álvaro Guerrero  N.  como un  antihéroe,   el cual de  ante  mano  sabemos  que  saldrá  derrotado  por  El Mal  interpretado  por  Carlos Bracho.

     Por  último  la  escena  simpática  de la  película.  Estamos  en el  año  ¿2020  o  2030?  who knows?  y en las  mesas  de un  restaurante  tienen  frascos  de:

         Mayonesa,  cátsup  y  sala

         ¡McCormick!

 Vista  en la  soledad  de la  Sala 3  de  Cinemex  Aragón  (cada  vez  más  eficientes  y  amables) el  día  de su  estreno  Viernes 27 de enero  en la  primera  función  (10:15 a.m.), es  una  mala  cinta  por el  pésimo  final,  que para la  película  resultó:

        La última muerte. 

(1).- Sinopsis oficial de la película

(2).-  Una de ellas  es  Mónica Wilkins  (la  bellísima  Kendra  Santacruz  Torre)